En el vibrante corazón de la Calle San Juan de Dios, se alzaba un centro socio-cultural que, aquel viernes, pulsaba con una energía única. Raúl Ximénez, un visionario guía de lo intangible, se dispuso a recibir a las almas que llegaban con su chakra digital garganta 5.0 listo para ser sintonizado. El Cuadrante #4, reservado para las reuniones presenciales de viernes, era el escenario elegido.
Raúl, con voz firme y luminosa, abrió el encuentro invitando a los asistentes, conocidos como "personas-chakra", a explorar la profunda interacción con su máscara de injusticia. Este accesorio simbólico, creado para reflejar las heridas sociales del mundo digital, era el protagonista de la tarde. Los presentes fueron animados a redescubrir su propósito, transformando su máscara en la versión más optimista de su futuro.
Para aquellos que no resonaban con la propuesta inicial, Raúl ofreció un recurso inesperado: el antichakra garganta 5.0. Con esta herramienta, se les orientaba hacia un desplazamiento diagonal al Cuadrante #2, un espacio creado para trabajar en la sanación digital bajo la segunda ley del espejo. Aquí, la injusticia se enfrentaba desde la raíz, y la combinación de melatonina y adrenalina se convertía en el motor que abría paso entre los encuadres "Armonía" y "Perfección".
Antes de cerrar la jornada, Raúl, con la mirada llena de propósito, dirigió unas palabras a los asistentes:
"Hoy hemos dado un paso importante hacia la conexión y la sanación de nuestras máscaras de injusticia. Pero quiero que este momento no quede solo aquí. Voy a solicitar al canal de poesía panóptica la creación de un poema que refleje el status quo de esta reunión. Que esas palabras sean el espejo lírico de lo que hemos vivido, para que resuenen en nuestros corazones y nos guíen hacia la mejor versión de nuestro futuro."
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Ecos del Cuadrante
En el Cuadrante #4 del viernes sereno, las máscaras hablan, un futuro terreno. La injusticia danza en un aura abstracta, mientras voces resuenan, la garganta se pacta.
Raúl, faro firme, ilumina senderos, donde antichakras giran en cursos sinceros. El espejo murmura, la segunda ley brilla, sanando las grietas que la herida humilla.
En melatonina y adrenalina hay vuelo, armonía y perfección se abrazan en cielo. Máscaras de injusticia, ahora cristalinas, portales abiertos, las almas divinas.
Morphosland, Granada, latido constante, conecta y transforma a cada habitante. Que el futuro refleje, en lírica y llama, los ecos de un viernes donde todo se trama.
Los asistentes respondieron con un aplauso cálido, reconociendo en Raúl a un líder capaz de transformar encuentros en algo más allá de lo tangible.
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