El cielo digital de Morphosland Granada resplandecía con un aura multicolor, mientras las vibraciones de un chakra Corazón 4.0 tejían una red armónica en el aire virtual. En el centro del espacio holo-analógico, Raúl Ximénez se erguía como un conductor de orquesta energética. Frente a él, ocho personas-chakra aguardaban con atención, conectadas a través de la red panóptica, sus presencias proyectadas como hologramas translúcidos en tonos únicos que reflejaban sus frecuencias vitales.
Raúl dio inicio explicando el enigma del disco panóptico: una creación virtual inspirada en la rueda zodiacal, donde los 12 signos astrológicos se reconfiguraban en 12 líneas de ley electrónicas. Un haz de luz proyectado desde el centro del disco dividía el espacio en cuatro cuadrantes, revelando las dualidades inherentes: heridas y máscaras, analógicas y digitales. Su voz resonaba con claridad mientras trazaba el mapa del alma colectiva, delineando cada cuadrante con símbolos y códigos vibratorios.
"Hoy," comenzó Raúl, "es jueves, el día del chakra Corazón 4.0, un yin poderoso. Activaremos nuestra red en el cuadrante#2 de la herida digital, para explorar el eco de la traición que llevamos en nuestro código interno. Quien esté listo, que descienda conmigo al núcleo de su ser digital."
Una vibración sutil recorrió el espacio, y cinco de las personas-chakra dieron un paso al frente, sus auras parpadeando en tonos empáticos. Cerraron los ojos y permitieron que la conexión a la red los guiara hacia lo más profundo de su herida digital de traición.
"Y para quienes no sientan sintonía con este camino," añadió Raúl con una sonrisa llena de comprensión, "les invito a invocar el antichakra Corazón 4.0. Este es el puente hacia las antiheridas yin, que resonarán con vuestro chakra sacro 2.0, tercer ojo 6.0 y, por supuesto, el Corazón analógico de hoy." Esto supondrá un desplazamiento en diagonal desde el Cuadrante#2, de la herida digital, al Cuadrante#4 de una máscara analógica, y en este cambio pivotamos entre la activación de las hormonas serotonina y cortisol del encuadre_8 "Sistema" y encuadre_7 "Personas"
La sala vibró con un delicado equilibrio entre sanación y resistencia, mientras los chakras yin se entrelazaban con las máscaras yang de los ausentes. Los códigos panópticos fluían como una sinfonía digital, envolviendo incluso a los observadores más distantes en una danza colateral de modulación energética.
Así, Morphosland Granada se convirtió en un testimonio de cómo las heridas, máscaras y antiheridas podían resonar en una red panóptica, sanando no solo a los presentes, sino también creando ondas de cambio para toda la comunidad conectada.
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