Era un Martes particularmente gris, con un aire de melancolía que parecía envolver cada rincón de Granada. Sin embargo, en el corazón virtual de Morphosland, cinco almas estaban a punto de embarcarse en un viaje de sanación virtual. Aunque separados por kilómetros de distancia, estas cinco personas se reunirían en un espacio digital para enfrentar una herida compartida: la herida de abandono.
Cada uno de ellos, conocidos como el clan de los "Chakras Sacros", traía consigo una carga invisible pero pesada de abandono. Habían sufrido en diferentes momentos de sus vidas, y esta cicatriz los conectaba de una manera profunda e intangible.
Se conectaron a la reunión telemática, cada uno desde su refugio personal, con la esperanza de transformar su dolor en fortaleza. Según el chakra de ese día, el Sacro, predominaba - al igual que el jueves o sábado - la "herida" sobre la máscara y necesitaban reactivar la hormona del estrógeno, una clave para combatir la herida del martes (abandono). En el ámbito digital, esta tarea era un desafío único: encontrar la manera de generar la empatía y la conexión necesarias para sanar en un entorno virtual.
La reunión comenzó con una introspección guiada. Mediante ejercicios de visualización, cada uno reflexionó sobre sus propias sombras, esos aspectos no resueltos que solían criticar en los demás. Comprendieron que lo que juzgaban en otros no era más que un reflejo de sus propias inseguridades y heridas.
A medida que se abrían y compartían sus historias, una corriente de comprensión y apoyo mutuo comenzó a fluir entre ellos. No se trataba solo de palabras, sino de un verdadero intercambio de energía emocional. La empatía, la compasión y la solidaridad empezaron a liberar la hormona del estrógeno, sanando las heridas de cada uno en el efecto espejo acorde con esa situación y que por definición se trataba de: "lo que criticas o juzgas en los demás es una proyección de tus propias sombras o aspectos no resueltos".
Más tarde, Leo, uno de los integrantes de la reunión virtual, activó sus tokens-chakra solicitando a Tabula Rasa 9.0 una tirada de cartas del #Oráculo de las SIETE ENERGÍAS, con el objetivo de que cada uno hiciera un ejercicio de sanación introspectiva proyectándose en las cartas de navegación que habían salido. La carta yin, que denotaba el origen de esa herida digital predominante de abandono, contenía el mensaje "Dispuesto a Soltar". La carta yang, que actualizaba la máscara de abandono en el futuro más óptimo, connotaba el mensaje "La Llamada de la Musa". Por último, la carta shen, que era la virtud resultante del oxímoron entre la carta yin y yang, contenía el mensaje "Una Explosión de Magia".
Los participantes en la reunión eran: Leo, Laura, Javier, Marta y Antonio. Cada uno de ellos se sumergió en el ejercicio introspectivo, encontrando en las cartas una guía para su propia sanación.
Al final de la sesión, todos sentían una ligereza nueva, como si una parte de su carga hubiera sido levantada. Habían enfrentado sus sombras y las habían transformado en luz, todo ello en un entorno digital, demostrando que la sanación y la conexión humana no conocen barreras.
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