Las sombras líquidas del amanecer del lunes ondulaban sobre los senderos fractales del Parque Almunia, una ubicación próxima la Facultad de Bellas Artes, y en la que, años antes allá por el 2016, el poeta panóptico Raúl Ximénez expuso una Demo titulada "Hacia lo Sublime Tecnológico". Un lugar donde la vibración digital encontraban su anclaje en una atmósfera de expansión perceptiva y el círculo panóptico de Morphosland Granada calibraba el tránsito del Chakra Digital Raíz 1.0, explorando las fluctuaciones del rechazo y su conversión en reconexión energética.
Desde su estación cuántica, Ximénez, poeta panóptico y modulador perceptivo, guiaba el proceso con precisión fractal:
> "El rechazo no es una barrera, sino un puente hacia la restauración. La máscara de la desconexión no es aislamiento, sino el anhelo de pertenencia. Lo que parece ruptura es, en realidad, una vía hacia la actualización."
Integración Cuántica en el Chakra Raíz
El lunes, con su energía de activación y tránsito, propiciaba la recalibración del Antichakra 1.0, permitiendo la estabilidad vibracional entre las frecuencias yang (Plexo Solar 3.0, Garganta 5.0, Corona 7.0) y las frecuencias yin (Sacro 2.0, Corazón 4.0, Tercer Ojo 6.0). La reconfiguración energética se desplazaba del cuadrante #3 del Disco Panóptico, donde la percepción del rechazo se encontraba en su punto de mayor resonancia, hacia el cuadrante #1, donde opera la primera Ley del Espejo:
> "Toda percepción de rechazo externo es una vibración interna en busca de integración."
Suspensión y Expansión en el Parque Almunia
En el punto de apertura energética, Ximénez condujo al círculo panóptico a un estado de suspensión vibracional durante cinco minutos, permitiendo la estabilización del modo Shen sin interferencias mentales. En este punto de máxima resonancia, la energía fluyó sin resistencia, restaurando la sensación de pertenencia y recalibrando el tránsito perceptivo.
Morphosland Granada pulsaba en una danza fractal de modulación cuántica. El Parque Almunia cerraba su ciclo con una luz renovada, recordando que el rechazo no es límite, sino umbral de integración perceptiva. Para despedir el encuentro, Ximénez recitó los versos de A.R. Ammons, un eco de la poesía panóptica que lo inspiró:
> "este pobre lugar: nosotros estaremos asentándonos
en otra parte, o flotando interminablemente,
el universo un profundo lugar que
arruinar, un vertedero donde siempre cabrá crear espacio por
compactación:
no tengo nada que decir: lo que quiero decir es decir (...)
quiero comprometerme con lo que transcurre:
pero no tengo ningún baúl atestado de carteras de trabajo;
aún así estoy por algo: por lo que estoy: estoy
por los derechos que concuerdan con los derechos
de los otros (...)
por caridad que quienes nos precedieron en irresolución
e ignorancia pudieran enterarse de que impulsaron
una parte, aunque, claro, si se les hubiera contado
ellos no se lo habrían creído..."
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