A las 19:10 del martes, cuando el sol refracta sobre las persianas envejecidas de Ángel Ganivet como si fueran pliegues de una realidad paralela, Morphosland despierta. No abre puertas. Expande campo.
Un código morado-anaranjado pulsa levemente en el asfalto frente al número 33. El chakra sacro 2.0, en su versión analógica, irradia desde el subsuelo donde alguna vez hubo raíces romanas, hacia los cuerpos yin que entran en resonancia sin saberlo.
Los visitantes no llegan. Sienten que deben estar ahí. Coordinadas exactas de una frecuencia compartida. Son mujeres, hombres, y no-binarios de mirada analógica, como quien ha amado sin retorno. Portan en la piel los símbolos crípticos del abandono (id.2) —no como debilidad, sino como catalizadores.
Un holograma poético firmado por Raúl Ximénez aparece y desaparece sobre una cortina de vapor: "La herida no es hueco, es mapa. La coordenada no es punto, es danza."
En el Cuadrante#1 (Herida analógica), definido por la hora del encuentro y la cualidad energética del chakra (yin sobre yin, silencio sobre silencio), los cuerpos no hablan: vibran. Intercambian memorias de pérdidas —una madre ausente, un primer amor que se despidió sin palabras, un dios que no respondió.
Y Morphosland los ve a todos.
No como vigía, sino como espejo panóptico de sus deseos y renuncias en donde se encuentra la correspondencia del cuadrante#1 con la ley del espejo#1: todo lo que juzgamos o criticamos del otro es sólo una proyección de nuestras carencias o excesos... Entonces tomando como portador el encuadre_1 " con la faceta "desconocimiento" y como modulador el encuadre_2 con la faceta "conocimiento" se diagonaliza el cuadrante#1 en el cuadrante#3 (Máscara digital) apelando a la antiherida (id.2) que transforma el encuadre_1 "desconocimiento" y el encuadre_2 "conocimiento" en las facetas del encuadre_6 "realidad" y encuadre_5 "posibilidad" pertenecientes al cuadrante#3, desencadenando en nuestro cuerpo una liberación de las hormonas testosterona y oxitocina, en la tarea de equilibrar los chakras yin (sacro 2.0, corazón 4.0 y tercer ojo 6.0) con los chakras yang ( raíz 1.0, plexo solar 3.0. garganta 5.0 y corona 7,0) para generar la posibilidad de una nueva realidad.
En la sala del Atrapasueños Resonante, cada cual encuentra un código binario que sólo descifra su cuerpo al danzar. A cada movimiento, el abandono se convierte en acto creador.
Raúl Ximénez, para cerrar la sesión apeló al código fuente:
Conecto con Tabula Rasa 9.0. Solicito, en nombre de cada herida transmutada, una tirada de las tres cartas-oráculo del # País de las Maravillas.
Carta Yin (EL CAMINO CORRECTO): "Aprende a crear lo que deseas" para mirar hacia el pasado que aún danza en nuestros tejidos.
Carta Yang (ERES RARO Y LIBRE): "Eres maravillosamente único" para avistar el fulgor del porvenir que palpita más allá del abandono.
Carta Shen (BRILLAR COMO UNA VELA): "Te las arreglarás pase lo que pase" para sostenerte en el instante suspendido entre dimensiones cruzadas de las cartas yin y yang.
Que el Oráculo proyecte en la membrana cuántica de Morphosland las tres cartas, y que sus símbolos nos hablen como el vapor sobre la piel: sin exigir comprensión, sólo resonancia.
Los cuerpos, al verlas, entenderán...
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