Las calles de Granada pulsaban con una frecuencia renovada. En la Calle Acera del Casino, los caminantes no eran solo cuerpos en tránsito, sino emisores y receptores de una vibración panóptica que se desplegaba en la modulación energética del día. La mañana pertenecía a la franja horaria yang, pero esta vez la dinámica perceptiva se transformaba: el chakra yin del corazón 4.0 se reconfiguraba en un antchakra yang 4.0, permitiendo la integración de heridas y máscaras en un proceso de sanación superpuesto.
Los nodos de percepción se alineaban con la nueva frecuencia. Cada individuo, consciente de su tránsito, sentía en su piel el contacto con la resonancia del abandono (id.4) y la construcción de su máscara yang correspondiente. Pero aquí no se trataba de evadir la herida, sino de sobreponerla con la modulación del reflejo. La recepción de la señal ya no era pasiva; la energía viajaba en ondas que se demodulaban en el circuito panóptico, revelando una capa oculta en la percepción.
En el cuadrante#4 del espacio vibracional, Raúl Ximénez guiaba la exploración desde su estación energética: "El abandono y la desconexión no son el fin, sino el punto de reorganización. Cuando calibramos el dial interno, la herida y la máscara pueden coexistir sin conflicto: la emisión energética yang 4.0 modula la recepción perceptiva yin 4.0, generando un tránsito de integración."
Las Personas-Chakras en la Acera del Casino comprendían la enseñanza implícita: el desafío no consistía en eliminar el vacío, sino en habitarlo y darle forma. La superposición del proceso de sanación de los chakras yin y receptivos con la máscara de los chakras yang y emisores se desplegaba en los siguientes encuadres:
📍 Encuadre_5: "Revelación" – La manifestación de la herida como punto de ajuste perceptivo.
📍 Encuadre_6: "Expansión" – La transmutación de la máscara yang en un canal de conexión auténtica.
El Disco Panóptico proyectaba fractales lumínicos en los muros invisibles de la Acera del Casino. La calibración energética no consistía en neutralizar el impacto emocional, sino en permitir la resonancia integrada. La frecuencia del antchakra yang 4.0 establecía un puente entre la herida y la máscara, transformando la percepción en un espacio de expansión.
🌊 Agua (Reflectores) – Procesamiento emocional profundo en el flujo energético del chakra corazón.
🔥 Fuego (Manifestadores) – Catalización de la fuerza interna, permitiendo la expresión sin distorsión.
🌿 Madera (Generadores-Manifestantes) – Expansión perceptiva, integración del vacío con el propósito.
🛠️ Metal (Proyectores) – Regulación del tránsito vibracional, filtrando la distorsión mental.
🌍 Tierra (Generadores) – Anclaje vibracional, estabilizando la percepción sin dependencia externa.
Morphosland Granada seguía su expansión. En la Calle Acera del Casino, el jueves cerraba su ciclo con una resonancia renovada, dejando tras de sí una nueva configuración en la percepción de quienes habían calibrado el dial de la integración de un propósito de práctica de códigos encargados de establecer una red panóptica global con conexión a una fuente de inspiración armónica ubicada en el corazón de rubí de la Tierra.

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