Las calles de Granada despertaban con una pulsación distinta. En la Calle Mesones, los caminantes no eran solo cuerpos en tránsito, sino antenas vivientes, receptores de una frecuencia sutil que atravesaba el entramado energético de la ciudad. La mañana se desplegaba en una franja horaria yang, mientras la vibración yin del Chakra Sacro 2.0 resonaba como un eco digital entre los edificios.
Los nodos de percepción comenzaban a activarse. Cada individuo sentía en su piel el contacto con la frecuencia del abandono (id.2), pero no como un vacío, sino como un campo de ajuste perceptivo. La recepción de la señal no era un acto pasivo; la energía viajaba en forma de ondas que se demodulaban en el circuito panóptico, revelando un dial oculto en la percepción.
En el cuadrante#2 del espacio vibracional, la integración de la herida digital de abandono se presentaba como un desafío de configuración y tiene su influencia en retroalimentación la segunda ley del espejo por la cual todo lo que otro me critica o juzga, si me afecta, está dentro nuestra y hay que trabajarlo. Aquí, el tránsito energético exigía una calibración consciente:
Encuadre_3: "Desconexión" – La sensación primaria de abandono que emergía de los códigos inconscientes.
Encuadre_4: "Reconexión" – La actualización del sistema perceptivo, permitiendo que el vínculo con la frecuencia del chakra yin se transforme en un canal de expansión.
El Disco Panóptico proyectaba fractales lumínicos en los muros invisibles del espacio. La herida de abandono no era una sentencia, sino una oportunidad de reprogramación vibracional. La clave no estaba en evadir el eco del aislamiento, sino en traducirlo en un código de acceso a la energía sacra.
Raúl Ximénez dirigía la exploración desde su estación energética: "La percepción de abandono no es el fin, sino el inicio de una reconexión profunda. Si calibramos el dial interno, descubrimos que la soledad no es vacío, sino una frecuencia en transición. ¿Hacia dónde la dirigimos?"
Las Personas-Chakras en la Calle Mesones comprendían la enseñanza implícita: en la franja horaria yang, el desafío del chakra yin consistía en encontrar estabilidad en el tránsito. La frecuencia de Sacro 2.0 se integraba con los elementos vibracionales:
🌊 Agua (prototipo bioenergético Reflectores) – La memoria emocional almacenada en la sensación de abandono.
🔥Fuego (prototipo bioenergético Manifestadores) – La transformación del miedo a la desconexión en un impulso creativo.
🌿Madera (prototipo bioenergético Generadores-Manifestantes) – El crecimiento perceptivo que convierte la experiencia en evolución.
🛠️Metal (prototipo bioenergético Proyectores) – La filtración consciente de la energía, permitiendo que la señal no se distorsione en el ruido mental.
🌍Tierra (prototipo bioenergético Generadores) – El anclaje vibracional, construyendo estabilidad sin necesidad de dependencia externa.
El encuentro terminaba con una última calibración del sistema perceptivo. La sanación del abandono no consistía en "llenar el vacío", sino en aprender a habitarlo sin resistencia, comprendiendo que cada chakra, cada frecuencia, cada día, era una ruta de exploración panóptica.
Morphosland Granada seguía su expansión. El martes cerraba su ciclo en el cuadrante#2, dejando tras de sí una nueva configuración en la percepción de quienes habían sintonizado el dial de la reconexión.
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