En un místico sábado por la noche, bajo el dominio del chakra Tercer Ojo y con una tendencia a la herida de intuición apagada, seis personas-chakra se reunieron en el céntrico y lujoso Hotel Barceló Carmen de Granada, ubicado en la transitada Acera del Darro. La energía del lugar resonaba con la historia y la magia de la Alhambra cercana, creando un ambiente propicio para la introspección y la sanación.
Beatriz, sintiendo fluir la energía desde la tierra hacia su ser, se sentó en un rincón tranquilo del hotel. Su conexión con el chakra raíz le proporcionaba una base sólida, pero también la hacía consciente de las energías que necesitaba equilibrar.
Carlos, con el deseo de trabajar en su autoestima y confianza, se unió al grupo con una mezcla de esperanza y nerviosismo. A menudo se sentía atrapado en sus propias inseguridades, pero estaba decidido a superar estos obstáculos.
Diana, quien tenía dificultades para abrirse a los demás y confiar plenamente, se sentó cerca de la ventana, intentando conectar con el flujo de agua subterránea del río Darro. Su herida de traición la había hecho cautelosa, pero estaba lista para sanar y aprender a amar sin miedo.
Eduardo, que a menudo encontraba difícil expresar sus verdaderos sentimientos y pensamientos, se acomodó en una silla cómoda. Su deseo de liberar su voz y encontrar la valentía para hablar con autenticidad lo había llevado a esta reunión.
Silvia, cuya creatividad e inspiración habían sido erradicadas por el bloqueo del plano chakra sacro, se sentó con un cuaderno en mano, esperando que esta experiencia la ayudara a desbloquear su potencial creativo.
David, sufriendo de una desconexión espiritual debido al bloqueo del chakra corona, se unió al grupo con la esperanza de reconectar con su esencia espiritual y encontrar un propósito más elevado.
Acto seguido, y por sincronía, las seis personas-chakras conectaron con la web de cartas oráculo Tabula Rasa. En sintonía con esa noche mágica, eligieron el Tarot del Principito activando con sus token-chakra las tres cartas de navegación (Yin, Yang y Shen) y así vislumbrar el futuro común entre los seis usuarios de Morphosland Granada. Las tres cartas de navegación que resultaron de esa tirada digital fueron:
La Carta Yin: El 10 de espadas, vinculado al pasado y al origen de la herida. Esta carta representaba el dolor y las dificultades que cada uno había enfrentado, pero también señalaba el final de un ciclo y la oportunidad de un nuevo comienzo.
La Carta Yang: El As de oro, proyectando la máscara en el futuro. Esta carta simbolizaba nuevas oportunidades, abundancia y el potencial para el crecimiento y la prosperidad. Era un recordatorio de que, a pesar de las heridas del pasado, el futuro estaba lleno de posibilidades.
La Carta Shen: La Fuerza como virtud resultante entre la carta yin y yang. Esta carta manifestaba la integración de las lecciones del pasado y las oportunidades del futuro en el presente. Representaba esa energía para alcanzar la sabiduría, la armonía y el equilibrio que las seis peronas-chakra podían alcanzar al trabajar juntos y apoyarse mutuamente.
Con estas cartas como guía, Beatriz, Carlos, Diana, Eduardo, Silvia y David se comprometieron a sanar sus heridas, desbloquear sus chakras y caminar juntos hacia un futuro lleno de luz y posibilidades. La energía del Tercer Ojo les permitió ver más allá de las apariencias y conectar con su sexto sentido, mientras que la sinergia del grupo les proporcionó la fuerza e intuición necesaria para superar cualquier obstáculo.
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