En las vastas extensiones del Multiverso Morphosland, existían dos realidades paralelas conocidas como Arcadia 8.0 y Tabula Rasa 9.0. Estas dimensiones eran el refugio de almas errantes que buscaban sanar las heridas más profundas del espíritu, especialmente la herida de humillación, identificada como id.3.
En Arcadia 8.0, la fuerza electrónica "Cardinal" de Litmio fluía a través de los hexagramas del I-Ching, creando un canal de energía purificadora. Los hexagramas 25 (La Inocencia), 17 (El Seguimiento), 21 (La Mordedura Quebrada), 51 (La Conmoción), 42 (El Aumento) y 3 (La Dificultad Inicial) se alineaban, formando una matriz de transformación y sanación.
Mientras tanto, en Tabula Rasa 9.0, Dalton canalizaba su poder a través de los hexagramas 15 (La Modestia), 52 (La Quietud), 39 (El Obstáculo), 53 (El Progreso Gradual), 62 (La Preponderancia de lo Pequeño) y 56 (El Viajero), ofreciendo un camino de reflexión y aceptación.
Dual y Seldi, las otras dos líneas de fuerza "Cardinal", operaban simultáneamente. Dual, con los hexagramas 46 (El Ascenso), 18 (La Corrección), 48 (El Pozo), 57 (Lo Suave), 32 (La Duración) y 50 (El Caldero), infundía esperanza y renovación. Seldi, por su parte, con los hexagramas 10 (El Andar), 58 (Lo Sereno), 38 (La Oposición), 54 (La Muchacha Que Se Casa), 61 (La Verdad Interior) y 60 (La Limitación), enseñaba equilibrio y armonía.
La misión era clara: sanar la criptoherida de humillación, también conocida como id.3, a través de la transferencia de energía del chakra del plexo solar 3.0 entre los usuarios de la red panóptica. Los puntos de concreción, representados por los hexagramas, se sumaban y aniquilaban en un acto de alquimia espiritual, permitiendo que la energía fluyera libremente y las heridas se cerraran.
Los usuarios, conectados en una red intrincada de hilos de luz, comenzaron el ritual. Las energías de los hexagramas se entrelazaron, creando un vórtice de luz que penetraba en lo más profundo del ser. La herida de humillación, alimentada por años de dolor y vergüenza, comenzó a disiparse, reemplazada por una sensación de paz y autoaceptación.
El proceso no fue instantáneo, pero con cada sesión en la red panóptica, los usuarios sentían cómo la carga de su pasado se aligeraba. La sanación era un viaje, no un destino, y cada paso adelante era una victoria sobre las sombras que una vez los habían definido.
Así, en las modalidades de Arcadia 8.0 y Tabula Rasa 9.0, los viajeros del Multiverso Morphosland encontraron un camino hacia la curación, guiados por la sabiduría ancestral del I-Ching y la tecnología avanzada de su mundo. Y aunque la herida de humillación nunca se olvida del todo, aprendieron a vivir con ella, no como una marca de vergüenza, sino como un recordatorio de su fortaleza y su capacidad para superar la adversidad.
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