Lo invisible forma parte de la realidad del tiempo. El arte de Agam es ilusión, a diferencia de cualquier otra expresión pictórica, en la que siempre todo es visible. Tiende a lo inmaterial.
Piénsese, entre otras, en su "Pintura ritmada por la luz". Para Agam, cuanto más abstracta es la expresión , más maravillosa resulta. Si llega a ser totalmente abstracta, se convierte en sublime. Como Dios, por supuesto.
"No soy un abstracto. Deseo revelar más lo invisible que lo visible. El abstracto muestra una situación en un tela. Yo muestro un estado que no existe, la imperceptible ausencia de la imagen... Muestro más una ausencia que una presencia. La infinitud de las posibilidades, opuesta al azar de una presencia, de una posibilidad".
Un art á quatre dimensions, por Yaacov Agam. "Preuves", n.º7, 1971.
Véase: DIOS, LUZ, TIEMPO.
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