El instinto
insumiso del deseo,
el ingrávido ser
de la felicidad,
todo cuanto da
la medida justa
de lo eterno
en la tierra:
¿se perdió?
¿lo perdí?
Monedas enterradas de la luz.
Una fortuna
Invisible
he dilapidado.
Yo sé que nada
me será devuelto.
*(Encontré este poema de Amusco en la red ((en él, lo corpóreo queda reducido a la mínima expresión, a la carga más liviana, a un frágil esqueleto de luz. En definitiva, una aproximación a la negaentropía = Visión Agustiniana.)
3 comentarios:
Definitivamente es un poema inquebrantable, no lo puedo ver más que en una sola pieza, completa. Me gustó, solo eso diré para no ser tan imprudente con una interpretación así muy premeditada. ¿Una visón agustiniana? ¿De San Agustín? No lo sé. Pero parece algo interesante. Voy a ver que investigo de eso.
Saludos
Confieso que he vivido.
Sí,Alejandro Duque, es todo un maestro en el cromatismo de las palabras:_))
Un saludo a ambos, GRACIAS POR PASAR POR AQUÍ
Publicar un comentario