Carota (J. Miró) |
Homenaje a Grohmann (W. Kandinsky), |
Dual Dorian Gray
Rasgado bifrontismo que fuga hacia la nada.
Escisión de la huella perpetua en la retina.
El ahora inmóvil es quien captura el instante
de sucesiones rotas y virginal paciencia.
Oráculo de luz que desgrana un mundo
tangente al tacto del virtuoso olvido,
a la luminiscencia del aire más espeso;
al surtidor cromático del intacto preludio .
Cábala sesgado por la gravidez del ángulo,
ortogonal a espectros de amorfas medidas
(neutros e inervados por la cordura hostil
del músculo que imprime el último delirio).
Los ángeles migrando al compás del silencio
perfilan los contornos del armilar infinito.
Laberinto - o antesala- del intervalo accesible
a un Teatro Cartesiano de acto omitido.
Más allá de las formas está la magia:
la sintaxis del cristal y el místico círculo.
Colibrí latente en un sinfín de contrastes,
que ímprobo perturba el casto momento
[Y con la inmediatez del relámpago apelo
a los clarividentes versos escritos por W.H. Auden:
“Su Estación Telepática emite ondas cerebrales
a los mediocres, los aburridos, los decepcionados
y a todos los que podemos sintonizarlas
cuando estamos cansados o inquietos…” ]
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