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sábado, marzo 12, 2005

¿Cuál es la raíz cuadrada de un sueño negativo? ( Yván Silén)

Las sustituciones poéticas, musicales y algebraicas son posibles después de las preguntas retóricas: ¿cuál es la raíz cuadrada de un número negativo? Introducción perfecta para escribir un poema. Pero ni el poema, ni el álgebra (que manejo tan mal a esta altura del olvido) no se detendrían ahí, sino que continuarían: ¿cuál es la raíz cuadrada de un sueño negativo, de una mujer negativa, de un ángel negativo, de un dios negativo, etc.? Porque eso es lo que hace el inconsciente y la locura: sustituyen poéticamente el espanto. El inconsciente es políticamente una pre-locura del Xaos (=caos). Pero la locura, como el álgebra, no tiene alternativas: ¡tiene que entrar por el lenguaje! La locura como una zona extraordinaria del ente o del espíritu tiene (la razón la fuerza--¿paradoja?--) que hacerse metáfora. Atrapada en la "poesía del sinsentido", la locura está cazada y casada. Hay bodas de razones en la locura para el retorno. El "enfermo" cuando habla o cuando se habla, como el poeta a sí mismo, descubre sus secretos y con éstos los secretos del mundo. El enfermo-poeta (de los números negativos del inconsciente--los números del ser: ¿pitagorizo?) descubre el mundo en sus descubrimientos de lo "negativo". El serestar se abre como una rosa negra. Estamos al borde del ego (o al borde del espejo de los universos paralelos), pero el borde es infinito: la espiral de lo semejante (igual que el álgebra) gira como un trompo. El espanto ha entrado a la zona de la belleza: ¡todo es poetizable! El mundo es mágico y es lógico. No hay fisura. La fisura de lo burgués, la costumbre de la muerte prematura, retrocede violentamente. El tercer ojo del poeta se abre zenmente en medio del Tao que somos. Los cuentos antirrealistas narran la aventura de lo insólito. Las preguntas funcionan como llaves. Y las palabras se tornan extrañas para el que lee. ¿No es éste, acaso, el tesoro de lo negativo (Hegel--Nietzsche--)? Parece que sí. El ser parece (otro). Y parecer quiere decir aquí las posibilidades de lo que asoma en la propiedad de lo ajeno o en lo ajeno de la "propiedad" otorgadas gratuitamente por un demiurgo o por un Uriel (...)La poesía, en lo más amplio de su sentido matemático, sigue siendo una sorpresa.

Yván Silén.

martes, marzo 08, 2005

Reflexión

La tecnología, definitivamente, es el destino.
¿Y cómo podría serlo, si no, el sexo? (Al fin y al cabo, ¿no es también el sexo una tecnología?)

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